1) Prevención: Es el medio más sencillo, natural y eficaz de evitar la reacción celosa.
2) Fortalecer la autoconfianza del niño, así como el sentimiento de seguridad personal evitando hábitos de comparar afectos, pertenencias, capacidades.
3) Educación de la afectividad basada en la cooperación, la confianza en los demás, el altruismo y en una visión positiva de las relaciones humanas y ofreciendo modelos familiares consecuentes.
4) Modificación de conducta: reforzando conductas positivas e incompatibles con la reacción de celos e ignorando las inadecuadas.
5) Reatribución cognitiva: Ayudar a discriminar y comprender las verdaderas causas de los problemas y de los éxitos, de los afectos y las reprimendas. Esto se consigue con técnicas específicas pero también a través del diálogo razonado y de la coherencia de nuestras actuaciones.
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